• Perspective

Empresarios funerarios consultados cuentan la situación en la que se vive el actual estado de alarma en sus negocios. Indican que las despedidas ahora son más amargas, frías y dolorosas, si cabe.

Las medidas de contención impuestas para frenar la propagación de la pandemia no permiten velatorios, ni acompañamiento, ni muestras de cariño físico entre familiares ni amigos, y solo tres personas pueden acompañar a su ser querido.

Los funerarios coinciden en lo duro que es ver a la gente sufrir de forma desconsolada y que no puedan sentir el calor de una mano o de un abrazo.

Con la prohibición de los velatorios, las familias pueden enterrar o incinerar a sus muertos antes de las 24 horas que la ley prescribía como obligatorias.

Con los fallecidos por coronavirus la normativa es mucho más estricta y los trámites se aceleran. La funeraria debe dar sepultura o cremar el cadáver cuanto antes. Y si su familia está en cuarentena, le tocará marcharse en soledad.